Conozca los resultados del informe sobre violencia y criminalidad en tiempos de pandemia realizado por el Observatorio de Seguridad de Barranquilla y la FIP
Aunque sea de manera inconsciente, todos en algún momento hemos sido responsables de estigmatizar a la población venezolana en Colombia con el lenguaje que usamos. ¿Cómo hablar con menos prejuicios y más empatía?
Que se subvaloren los resultados de la última Encuesta de Percepción y Victimización de la CCB, no es más que el síndrome del funcionario público que queda atrapado en su propia lógica.
La violencia organizada se puede prevenir y contener, pero para lograrlo es importante entender sus rupturas, transformaciones y también sus continuidades.
A lo largo del año, la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes realizó visitas virtuales y presenciales a siete regiones del país para conocer, de primera mano, los avances y desafíos de la implementación del Acuerdo de Paz. Conozca en este informe, de la iniciativa 'Del Capitolio al Territorio', las tareas urgentes al cierre del 2020
La pregunta no es si hay o no venezolanos involucrados en actividades delictivas. La pregunta es si tenemos una política efectiva de seguridad ciudadana en Bogotá. La respuesta, tristemente, es que no.
La pandemia ha tenido impactos negativos, directos e indirectos, sobre la construcción de paz en varios lugares del país. Los casos del Catatumbo, sur de Córdoba, Bajo Cauca y nordeste antioqueño reflejan el complejo panorama.
En entrevista con EL TIEMPO, nuestra Directora Ejecutiva, María Victoria Llorente, dice que la reforma es necesaria, pero a largo plazo.
Si bien la reforma estructural de la institución no es una buena opción en este momento, existen alternativas y mecanismos concretos que permitirían sortear la crisis policial y ayudar a recuperar la confianza ciudadana.
El problema no se reduce a la Policía o a los policías. Hay todo un entramado de instituciones civiles que deberían dirigir y vigilar el ejercicio de la fuerza pública, pero no están funcionando.