Casi año y medio después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC, la FIP estima que existen en el país cerca de 1.200 disidentes. Sin embargo, fuentes extraoficiales señalan que podrían llegar a ser 1.500. En esta investigación de más de un año, la FIP presenta un completo análisis documentado con cifras, mapas y datos claves para conocer más sobre una problemática que viene creciendo.
Análisis del impacto de las diferentes expresiones armadas en diversas regiones del país, así como de aquellas que están en proceso de formación y que se han ido visibilizando con el desmonte paulatino de las FARC. También, recomendaciones para enfrentarlas.
Chocó, Tumaco, Cauca, Buenaventura, el Bajo Cauca antioqueño, el eje Llanos Orientales-Orinoquia y Catatumbo se enfrentan a diversos tipos de violencias tras la salida de las FARC. Estos siete ejemplos muestran que la disputa por el territorio entre otros grupos armados, la persistencia del crimen organizado, el surgimiento de nuevas expresiones armadas, producto de milicias y disidencias, y agresiones a líderes sociales son los nuevos retos para la implementación de los Acuerdos de Paz.
Mientras el conflicto armado se desacelera y disminuyen las disputas entre bandas criminales por la supremacía del clan Úsuga y el debilitamiento de las demás, van saliendo a la luz otras dinámicas que hay que valorar con cuidado de cara al postconflicto. El nororiente de Antioquia es la región más crítica, en especial porque allí querría terciar el ELN. También preocupa la incidencia del narcomenudeo en las ciudades. Análisis FIP
A nivel nacional, las disminuciones en los homicidios fueron considerables en algunas ciudades y en particular en Medellín y Cali que sumadas equivalen a una tercera parte de las del país. No obstante, aún en estas, las dinámicas criminales persisten: expendidos de droga, cobro de extorsiones, alineamiento de las estructuras urbanas con organizaciones mayores, etc. Análisis FIP
La reciente escalada muestra a unas FARC aisladas, debilitadas y presas del narcotráfico. Por estas razones no tienen más opción que actuar en la periferia, sin capacidad para afectar seriamente los centros políticos y administrativos del país. Sin embargo, sus acciones tienen un impacto directo sobre la población que vive en estos nuevos focos de confrontación, lo que sigue siendo un gran reto para el Estado. La FIP analiza el caso de Tumaco
En los últimos años (hasta finales de 2012), el conflicto armado en Meta vive un proceso de reconfiguración en el que han tenido un rol importante la muerte de Pedro Oliverio Guerrero alias Cuchillo, ex jefe de la banda criminal Erpac, la captura de alias El Loco Barrera, la muerte de Víctor Carranza conocido como el zar de las esmeraldas, y la muerte de alias Jorge Briceño o Mono Jojoy, jefe militar de las FARC y segundo al mando de esa organización.
En este boletín se analizan las desmovilizaciones colectivas de los grupos paramilitares durante el 2005 y ante todo la desmovilización del grupo más poderoso -el Bloque Central Bolívar-, las cuales arrojan una pregunta estratégica: ¿se está poniendo fin al ciclo de formación de grupos de seguridad privada en Colombia? Si se analizan los escenarios futuros con base en los indicios de hoy, y no en las lógicas "político-militares" de ayer, es inevitable llegar a una conclusión: habrá una tercera generación de grupos paramilitares.